"Monseñor Óscar Arnulfo Romero fue un gran comunicador, aunque no haya sido periodista”, nos dicen los autores de este texto. Y quienes tuvimos la suerte de presenciar su conversación en “la voz de los sin voz”, fuimos testigos de la verdad que hay en este aserto. Este gran comunicador no encontró acogida positiva en la mayor parte de los medios de comunicación; más bien, se vio contratado a una oposición férrea, llena de campañas de desprestigio y de informaciones tendenciosas. La numerosas citas que encontramos en este libro, muestran, con meridiana claridad, la dimensión del conflicto entre un pastor que se sentía obligado a hacer aterrizar la palabra del Dios-hombre en la realidad concreta que vivía el país, y grupos sociales –los que se expresaban a través de la mayoría de medios- que abandonaban su proclamado compromiso con la fe de Jesús y su obligación de dar noticias verdaderas, para defender privilegios injustos." (Editorial)