"Habría muchas razones para suponer una relación natural entre el periodismo y la democracia, desde la difusión de información y la socialización de debates relevantes para el interés público, hasta la vigilancia contra el abuso de poder. En México, sin embargo, el periodismo no ha sido plenamente capaz de desarrollar estas funciones y las razones tienen que ver, en gran parte, con la forma en que se han desarrollado las relaciones entre los medios –vehículos privilegiados por mucho tiempo para el ejercicio periodístico– y el régimen político. Entre el siglo XX y el XXI hemos transitado de un modelo mediático caracterizado por el peso inhibidor del régimen sobre la labor informativa a otro en el que, de formas distintas, grupos políticos, económicos y del crimen organizado ejercen presión sobre la independencia de esa labor informativa. En este sentido, en la mayor parte de los medios tradicionales tenemos un periodismo colaborador que, en ciudades medianas y pequeñas de provincia se convierte más bien en uno acosado. La buena noticia es que gracias en gran parte a la revolución tecnológica de las últimas décadas, ha comenzado a surgir un periodismo responsivo, distinto en sus temas, tratamiento y método, que está soportado en los principales centros urbanos por mercados publicitarios y públicos cada vez más exigentes con los contenidos mediáticos que consumen. Si bien el panorama sigue siendo de claroscuros, en México ya hay –aunque sea de forma incipiente– una serie de espacios en donde el periodismo tiene oportunidad de desarrollar esas funciones, aun a contracorriente del ambiente dominante." (Resumen, página 9-10)
Introducción, 13
Los medios de comunicación y el régimen político: de la censura ambiental al modelo liberal capturado y sus consecuencias para el periodismo, 19
Periodismo y democracia en la era de la revolución digital en México, 61
Consideraciones finales, 95