"La aparición de los contenidos referidos a la cultura digital en el texto recientemente aprobado por la Asamblea Sinodal (2023), es un verdadero acontecimiento. Y lo es por varias razones: en primer lugar, porque contiene asuntos fundamentales que conciernen al desarrollo de la cultura digital que forman parte de la vida de la sociedad y del contexto de la Iglesia. Esto significa que las reflexiones que se proponen no son algo que se esté iniciando o se avizora para un futuro, así sea próximo. Inciden en la vida de las instituciones, los sistemas de relaciones y la existencia cotidiana de los diversos actores de la sociedad. En segundo lugar, porque aparecen en el cuerpo de la declaración sinodal, por lo menos en dos grandes sentidos: el primero, las ideas expuestas en el capítulo 17 del Informe tienen una unidad conceptual, un manera de ver el tema y por tanto, de definir su identidad, y el segundo, porque son contenidos que no deberían leerse aisladamente, sino en conexión con la variedad de temas que conforman la riqueza del texto. Las dos perspectivas de lectura establecen, a su vez, vínculos con un debate más amplio sobre el impacto que las tecnologías tienen en muchos ámbitos de la vida humana y con la incidencia que desde hace tiempo han empezado a tener en la vida de la Iglesia." (Resumen)